viernes, 22 de mayo de 2015

Tirando de hemeroteca "ABC"

   Volvemos a mirar a la prensa de la época del Pasatiempo. Si hace una semana poníamos la vista en un diario barcelonés, en esta ocasión lo hacemos en el madrileño "ABC" , que nos ayuda a componer un poco más el puzzle en torno al parque y a los hermanos García Naveira
   Gracias a, genial servicio de hemeroteca digital del "ABC".






   Hoy nos centraremos en un artículo sobre las obras de los hermanos García Naveira, aparece el 4 de diciembre de 1927, páginas 13 y 14:

Enlaces a los pdfs originales:

La Raza de la Fiesta.
Hay quien ama a los tártaros para verse dispensado de querer a sus vecinos —decía Rousseau—, y esto conviene aplicarlo a los pedagogos españoles de nuestros días. Nos han contado en sus libros cuánto han hecho por la enseñanza franceses, ingleses, alemanes, belgas, suizos, italianos, japoneses, rusos, chinos, etc., y a nadie se le ha ocurrido que pudiera haber dentro del solar patrio algo que, sin necesidad de adornarlo con hiperbólicas alabanzas, mereciera la pena de ser tomado en consideración bajo el orden educativo.
 Brillaban ante ellos los grandes centros de irradiación cultural, en buena hora encendidos en otros países para ahuyentar con ellos los fantasmas de la ignorancia, luminarias simbólicas semejantes a las hogueras con que el hombre primitivo, desde su madriguera prehistórica, se defendía de los embates de las fieras, y a los españoles parece ser que nos tocaba el papel de contemplarlas apostados en las tinieblas de nuestro aislamiento, cuya cerrazón quebraban algunos destellos importados por los extranjerizantes, alrededor de los cuales los no iniciados nos disputábamos un puesto al sol.
Y, sin embargo, ¡qué distinta es la realidad! No queremos rebajar, sino todo lo contrario, el valor de lo exótico (yo lo conozco, pues he tenido la buena suerte de subvencionarme a mí mismo para estas excursiones); pero conviene advertir a, los nuestros que también una comisión de profesores universitarios ingleses visitaba, en la Semana Santa de 1926, la "Biblioteca América", de Santiago, así como también enviados especiales vinieron de otros países a examinar el funcionamiento de la Universidad Comercial de Deusto, recientemente fundada por los emigrantes hermanos Aguirre y otros Centros más, dejando para ellos las más lisonjeras notas acerca de su eficacia. Pero volvamos a nuestro tema. Obedeciendo al trágico impulso que obliga a las gentes de gran parte del Norte de España a emigrar para defender su vida y la de los suyos, los hermanos D. Jesús y D. Juan García Naveira, siendo muy niños, salieron para la Argentina, donde, trabajando con tesón, honradez y constancia, se enriquecieron; luego, en aquella área desierta de afectos parece que únicamente pueden vivir estos hombres en perpetuo anhelo de realizar algo superior bellamente humano, prohijar a los desheredados de la fortuna que, como ellos, están predestinados a seguir sus huellas, y fundan una Escuela-Asilo para niños pobres (dan de comer en ella a unos trescientos), una Escuela de Anormales para niñas y otra para niños, donando además la Casa del Pueblo, Centro de instrucción y recreo para obreros, un lavadero y una Escuela nacional.
Nadie ha creído en España en el poder orientador de estas iniciativas; el menos escéptico aseguraba, sí, su influencia, pero limitada al pueblo o región a que afectaba directamente el beneficio, o bien la consideraban como un experimento sin trascendencia para el futuro nacional, que siempre sería contrarrestado por elementos retrógrados opuestos a todo progreso. Nada más equivocado: Betanzos, entusiasta, dedica a los hermanos García Naveira la mejor plaza de la bella ciudad; y ¿qué será cuando, mañana, esa gran masa de pequeñas criaturas desvalidas que en estas aulas encuentran su alimento espiritual y temporal y aquí gritan, juegan y gesticulan alegres, lleguen a la mayor edad?
La enseñanza que se da en los cuatro grados del Colegio no puede ser más completa, austera y eficaz, y estos niños, si emigran, no pretenderán esgrimir armas diferentes a aquellas con que pretenden expulsarlos otras emigraciones no hispanas que se dicen mejor preparadas. Museos, laboratorios, cantinas, bibliotecas, registros antropométricos, etc. No será aventurado afirmar que estas cosas aquí acumuladas por los beneméritos hermanos valen cinco millones de pesetas. Y otros donantes han sumado sus capitales, entregando cantidades importantes; una sola es de 93.800 pesetas; además, D. Manuel Naveira construye un edificio para Escuela de Sordomudos, y mañana gran parte de las fabulosas riquezas, de las que hoy se extraen sólo los intereses, vendrán a parar aquí. (Los gastos anuales del Colegio-Asilo, según carta que me dirige D. Juan García Naveira, ascienden a unas 70 000 pesetas)
También han empleado su dinero en obras de carácter benéfico, creando un Asilo de Ancianos, pero mirando más a la cuna en donde brota una esperanza- limitándose con éstos a recogerlos para que no anden, errantes, por los caminos, como una mercadería averiada a la que nadie quiere, por carecer de un valor utilizable. Y atienden al obrero regalándole un edificio para instrucción y recreo; saben que, como el rico avariento de la parábola, corren riesgo de su condenación eterna si no dan una parte de lo que en el banquete de la vida les correspondió para el necesitado, saben también que lo único que se ha salvado en el diluvio de sangre de la revolución rusa son las vidas y haciendas del educador conde de Tolstoy, la escuela de Yasnaia-Poliana. Aquel campesino ruso, explotado como un animal agrícola, al emanciparse supo obrar así con un protector de la enseñanza.
Preparemos la gran escena en que ha de representar la generación que nos sigue a base del amor, del sacrificio y del desprendimiento, de que son hijas estas instituciones que historiamos; dejemos que los niños aquí reunidos ejecuten en sus recreos los cantos patrióticos nacionales y los himnos de los países hispánicos; estos cantos de amor tienen más fuerza que todos los Tratados para establecer la tan ponderada fraternidad de la raza, y no está sometida su intención ni se altera su contenido espiritual aunque se aumente el tonelaje de la marina mercante o de guerra en América. Esto, poco más o menos, dice un número de La Prensa, de Buenos Aires, que en un bello cuadro encuentro en el comedor de los niños de este Colegio. España sigue siendo para el emigrante el centro de gravedad de su pensamiento, y todos los años envía sus embajadores con ofrendas para ella en nombre de la colonia. Y, sobre todo, cuando alguno triunfa en los negocios, con una elevación nunca bien ponderada se acuerda del pueblo que dejó tras él, muchas veces divorciado de toda felicidad terrena, y, sobre todo, necesitado de su emancipación moral, y le redime porque cree, y cree bien, que las buenas obras son el único bagaje que se permite pasar por los umbrales de ultratumba para llegar a la inmortalidad.


Colegio de Sordomudos costeado por D. Manuel Naveira

Casino para obreros, centro de instrucción y recreo, donado por los señores García Naveira

Escuelas Nacionales de Betanzos, donadas por D. Jesús García Naveira

Escuela de anormales para niños y residencia de profesores

Escuela Asilo sostenida por los hermanos García Naveira.

Escuela de anormales fundada por los Sres. García Naveira.

Lavadero donado por los mismos filántropos. (fotos del autor del artículo)
BENITO CASTRILLO.

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